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Votar por quién

Quién está dispuesto a resolver el problema de la violencia? El narcotráfico y la delincuencia y el deterioro social de las comunidades, y la violencia física, mental y espiritual en las personas, producidas por el negocio de la droga, no se puede vencer por la fuerza. Ni el ejército más poderoso del mundo ha podido evitar que el más valioso tejido social de los países –los jóvenes- se enferme de drogadicción. 

Quién propone modernizar el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para que sea más virtual, más barato, menos costoso en tiempo, más eficaz en resultados de éxito, más accesible para todos, con más opciones, y que el INA vaya al estudiante?

Quién propone mejorar la carretera Interamericana norte, no ampliándola a ocho carriles y expropiando kilómetros de fincas productivas y de tierra fértil, sino demarcándola como debe ser, y que tenga pintura, reflectores, carriles para adelantar, divisorias elásticas para reducir la gravedad de accidentes, medidores de velocidad electrónicos, rotulación impecable, estaciones de descanso con baños públicos?

Quién está proponiendo cero muertes en carreteras para el 2020, emulando la ambiciosa y virtuosa meta del gobierno sueco?

Quién está proponiendo eliminar el dinero en efectivo de los buses? Hasta en la China comunista hay máquinas automáticas para comprar boletos de tren y de bus. Sin efectivo en los buses, qué le van a robar al chofer los maleantes? La tecnología ya permite eso, y es fácil y barato. Es cuestión de voluntad política, para variar.

Quién propone aumentar la cobertura de Parques Nacionales de 25 a 40% del territorio nacional? Que el dinero para expropiaciones de esas tierras salga de la explotación ecológicamente sostenible de los recursos naturales –sobre todo del turismo ecológico, de la investigación y desarrollo en biodiversidad, y de la generación de energía- de los propios Parques Nacionales actuales. Que se cree un fondo mixto público-privado-no gubernamental para velar por la sostenibilidad del desarrollo y por que se gaste la mayoría del dinero en la compra de más tierras para reserva sagrada, como lo son los parques nacionales.

Quién está proponiendo una reforma profunda al sector turístico para que pueda competir codo a codo con los países más avanzados del mundo en turismo ecológico, como Australia, Nueva Zelandia, Canadá y Noruega? ¡Qué gusto da la información disponible, el uso preciso y barato de tecnologías de navegación y la infraestructura pública básica de baños, albergues y parques para acampar! ¿Por qué no replicar el modelo exitoso de albergue del cerro Chirripó en todo el país?

Quién está anunciando, abiertamente, los lugares más aptos para construir marinas en nuestro país? Quién está proponiendo que se cumplan los más estrictos estándares de impacto ecológico para que, debajo de los yates y motos acuáticas, también se pueda ver la fauna marina tan rica de nuestro país, viva y coleando, como lo es en Australia, por ejemplo? Y Quién está proponiendo que se protejan cientos de bosques, playas, ríos y mares como patrimonio del planeta, como un regalo que Costa Rica le da al mundo y sobre todo a sus futuras generaciones?

[Publicado en La Nación el domingo 31 de enero de 2010]

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La campaña ausente

En la actual campaña electoral resulta llamativa la ausencia de la agenda que se ha venido imponiendo a pasos acelerados a nivel mundial en años recientes. Es más llamativo aún por el hecho de que es precisamente Costa Rica uno de los países pioneros y vanguardistas en este tema. Nos referimos a la agenda verde, que es hoy una realidad muy dinámica a nivel público, privado, académico y de la sociedad civil en todo el mundo.

Habrá quienes se pregunten si los analistas políticos han hecho cálculos estratégicos en el sentido de que la agenda verde no es un tema lo suficientemente sexy como para ganar votos.

A nivel mundial, Costa Rica es casi un mito. Si no fuera por la estatura moral que nos destaca en el concierto de las naciones, costaría creer que desde hace tanto tiempo se hayan hecho tantas cosas tan bien. Es un país que ha forjado sus bases de desarrollo desde más de un siglo atrás y que ha logrado reinventarse con algunos certeros golpes de timón a lo largo de su historia. Es destacable que desde hace 130 años haya educación pública, que desde hace 75 años haya seguridad social universal, que desde hace 65 años no haya ejército militar, y que desde hace 60 años se produzca electricidad renovable, la cual alcanza el 100% en época de lluvias intensas.

Los tiempos que vive el mundo son inusuales por la fuerte presión que genera el consumo humano sobre los recursos naturales renovables que aún le restan a la Tierra, tras la desaparición del 80% de sus bosques en los últimos 200 años. Esta crisis, que se discute con preocupación bajo el concepto sombrilla de “cambio climático”, ha encontrado respuestas en Costa Rica desde hace mucho tiempo, y es quizás el país llamado a alzar la voz para enrumbar las iniciativas y oportunidades de creación de valor compartido por medio de una agenda verde global.

Una solución como el pago por servicios ambientales se discute hoy en foros internacionales como una innovación socioeconómica y de política pública para la preservación y regeneración del capital natural. Para los costarricenses no es ninguna novedad, pues es un concepto inventado en Costa Rica 30 años atrás.

Este año se cumplen 25 años de la fundación del Instituto de Biodiversidad (INBio), un pequeño centro de pensamiento y creación de valor intelectual que le ha aportado al mundo de la ciencia más de 3600 nuevas especies a partir de la biodiversidad costarricense. Su misión ha ido más allá de las fronteras nacionales y es ahora un farolito que ilumina el camino de la conservación por medio del conocimiento y la educación, eso que el INBio denomina la bioalfabetización y que hoy caracteriza a la cultura costarricense.

Cambio cultural. Una agenda verde es más que una filosofía de vida para el ambientalista de moda. Es también un conjunto de innovaciones industriales para hacer más eficiente el uso de los recursos naturales en la producción de bienes y servicios; una gestión estratégica para empresas, gobiernos y centros de acción y pensamiento a nivel local y global; un conjunto de innovadoras políticas públicas que provienen de diversas latitudes y que se comparten como mejores prácticas en la comunidad internacional en foros de tanto prestigio como la OCDE, a la cual Costa Rica aspira a ser miembro en el futuro próximo; pero ante todo, la agenda verde es un cambio cultural.

Entonces resulta llamativo que este no sea un tema de campaña, uno con el cual se podría entusiasmar a toda la ciudadanía, sobre todo en un país donde la creatividad y las buenas ideas las compartimos abiertamente, en especial en el nuevo vehículo último modelo que han sido las redes sociales para nuestro pueblo desinhibido, espontáneo y desenvuelto. Sobre todo, es un tema que inspira a los jóvenes menores de 35 años, cuya generación está más interesada en una vida de sentido y propósito que en la simple acumulación de riqueza monetaria, y quienes serán, por definición, los encargados de ir asumiendo las riendas del país durante los próximos 30 años.

Desafíos a la medida. Los candidatos presidenciales coinciden en el desempleo como un problema por resolver, pero ninguno menciona entre las causas del problema el “robosourcing”, la masiva incorporación de robots mecánicos e informáticos que ha venido a suplantar trabajos manuales de cientos de miles de trabajadores empleados hasta antes de la gran recesión de 2008. Esta tendencia mundial ha provocado en los últimos cinco años un aumento en la dinámica económica global sin aumentar el empleo, y Costa Rica no es ajena a ella. Por ello, debemos ser creativos e innovadores en la búsqueda de nuevas corrientes de generación de valor, las cuales conducirán, indudablemente, a la creación de empleo y a la creación de riqueza, de preferencia lo mejor distribuida posible.

Así, la campaña pendiente para nuestro país está llena de desafíos hechos a la medida para nuestro ingenioso y pujante pueblo. Por ejemplos: cómo hacer un aprovechamiento óptimo de los recursos marinos del amplísimo mar territorial costarricense, desde generación de energía mareomotriz hasta el turismo sostenible, pasando por la conservación de ecosistemas y la clasificación de la biodiversidad marina aún pendiente; cómo encadenar la abundante biodiversidad nacional con procesos productivos de fármacos, cosméticos y alimentos de manera que se conserve y regenere los ricos ecosistemas del país; cuál es la mejor forma de generar energía geotérmica a partir de nuestros volcanes durante los próximos 20 años mientras simultáneamente se acrecienta la cobertura boscosa y de parques nacionales, para ir dando tiempo a que la energía solar alcance niveles de desarrollo tecnológico de alto desempeño a costos tan accesibles como ha sucedido con los microprocesadores de cómputo de la actualidad; entre otras.

Confío en que, más allá de lo que se discuta y lo que se elija para el próximo período presidencial, la sociedad civil pueda elegir encaminarse hacia esta agenda verde global hecha en Costa Rica y darle vida a una campaña que debería ser permanente en nuestras discusiones.