20130322

Reflexiones en la 11ma reunión informal para futuras acciones sobre el cambio climático


Gracias, señor co-presidente,

Soy el embajador de Costa Rica en el Japón con el mandato de establecer una agenda bilateral de crecimiento verde entre ambos países.

Hace dos años, arribando al Japón después del peor tsunami en mil años, mi esposa y yo sembramos 50 cerezos que esperamos estén floreciendo esta semana. Es un esfuerzo reiterado que hemos hecho para aumentar la biocapacidad del planeta.

Ayer fue el primer día de escuela para mí, como algunos de ustedes mencionaron, y hoy podría ser el último, desafortunadamente. Ha sido una experiencia memorable por ahora, aunque en extremo ambivalente.

Por un lado, he admirado el conocimiento, la destreza técnica y la experiencia expresada en cada comentario y cada concepto que he escuchado. Para un entusiasta entrenado en filosofía del derecho, este ha sido un laboratorio estupendo y una oportunidad de aprendizaje única.

Por otro lado, ha aumentado mi preocupación respecto al estado de situación del único planeta donde existe vida en el universo. La NASA comprobó la semana pasada que la vida se había extinguido en Marte y nuestro principal objetivo debe ser el revertir las tendencias que están conduciendo al planeta Tierra hacia el colapso y revigorizar la vida en todas sus especies, abrazando el desarrollo regenerativo como humanidad.

Me siento adicionalmente ambivalente cuando comparo los pronósticos de los ecologistas sobre la biósfera del planeta –donde vive la vida- con el aparente consenso o al menos el apalancamiento político para permitir un aumento en las temperaturas globales a largo plazo de dos grados centígrados.

Si miran de cerca, verán algunas tortugas diseñadas en el patrón de mi corbata. Si permitimos que las temperaturas del planeta aumenten dos grados centígados no habrá más tortugas marinas, y cinco del total de siete especies de ellas nacen en Costa Rica.

Mi país se comprometió hace seis años a alcanzar la carbono-neutralidad para el 2021 y estamos trabajando fuertemente para lograrlo, incluyendo el apoyo del gobierno japonés y el de otros países representados aquí.

La verdad es que por los últimos 30 años nos hemos convertido en un ejemplo de desarrollo regenerativo, triplicando nuestro PIB y al mismo tiempo duplicando nuestra cobertura boscosa. Nuestra estrategia de crecimiento verde se basa en el principio de que nuestro comportamiento debe tener un impacto positivo neto en los ecosistemas.

Una fuente final de ambivalencia es escuchar las finanzas de mitigación y adaptación. Cien mil millones de dólares al año es menos de 10% de lo que el mundo gasta en armamento militar. Si yo fuera el ministro de finanzas del planeta Tierra, lo obvio sería destinar un poco de este gasto a aquella necesidad.  

Quizás este sea mi sesgo cultural, pues Costa Rica abolió su ejército militar hace 65 años y gastó efectivamente esos dineros en salud, educación y conservación ambiental. De cierto modo, podríamos decir que Costa Rica cambió sus armas por árboles.

Confío en que, en los 65 días de negociaciones que restan hacia el establecimiento de un acuerdo legalmente vinculante, seremos capaces de configurar un marco innovador de políticas que revertirá las tendencias degradantes y nos movilizará ágilmente hacia el camino regenerativo.

Muchas gracias.