Tengo
inquietud respecto a la eficacia del proyecto de carretera a San Ramón, visto desde
la óptica de lo que Costa Rica y el planeta requieren en un modelo de
desarrollo sostenible a largo plazo, digamos al 2030.
Está claro que
querríamos mejores carreteras, pero ¿ayudaría ello a reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI), o por el contrario las incrementaría al
aumentar el flujo vehicular? ¿De qué manera podríamos atender el problema de la
congestión vehicular, las emisiones de GEI, el costo por peajes y mejorar la
calidad de vida de los habitantes de las zonas aledañas a dicho trayecto?
Cuando vivía
en Adelaide, sur de Australia, había un tren ultraligero de dos vagones que
atravesaba la ciudad entera y significaba un importante ahorro en tiempo y
dinero para sus usuarios, así como una mejor calidad de vida al poder relajarse
en el trayecto, aprovechar el tiempo para otras actividades, transportarse con
seguridad y sin generar tantas emisiones de GEI, y por supuesto, reducir la
cantidad de vehículos en carreteras. En un país como el nuestro, que ya genera
más del 90% de su electricidad de fuentes renovables, este tren significaría
una reducción de GEI considerable.
El costo de
dicho transporte es de aproximadamente US$10 millones por kilómetro si no fuera
necesario crear nueva infraestructura, como puentes y túneles específicos para
el tren. En este caso, se puede crear el trencito en la divisoria de los dos
sentidos de la vía. El trayecto entre San José y San Ramón, de 58 kilómetros, costaría
por debajo de los US$580 millones, monto similar a lo que cuesta la carretera
en cuestión.
Habría costos
de construcción, operación, mantenimiento y uso, mismos que podrían ser
financiados por la banca estatal o con préstamos internacionales. Puede incluso
concesionarse total o parcialmente a una empresa extranjera experimentada en
este tipo de servicio.
Promovería una
manera diferente de transportarse en un país que ya cuenta con una imagen-país
verde de reputación global. Y es que eso es lo que Costa Rica necesita hacia el
2030: no mejores carreteras para dar cabida a más carros que aumenten las
presas y que manejen más rápido aumentando el riesgo de pérdida de vidas
humanas por accidentes de tránsito, sino una manera eco-eficiente de
desplazarse dentro del país.
En la hora
pico, podría haber un servicio directo de manera que el trayecto desde San
Ramón hasta la capital se pudiera realizar en menos de media hora. Durante las
fiestas de Palmares el uso del tren podría hacerse gratuito para incentivar que
nadie viaje ebrio en un vehículo automotor, sea particular o autobús,
aumentando el riesgo de distracción para los choferes.
De resultar
exitoso el proyecto, se podría pensar en extenderlo con posterioridad de San
Ramón a Cañas, Liberia o Ciudad Quesada. Es realmente lo que Costa Rica
necesita urgentemente: una innovadora y visionaria manera de desplazarse por el
país que mejore el desempeño ambiental en nuestro quehacer cotidiano y nos
permita disfrutar del bello paisaje durante el trayecto.