20130417

Trencito hacia la Carbono-Neutralidad


Tengo inquietud respecto a la eficacia del proyecto de carretera a San Ramón, visto desde la óptica de lo que Costa Rica y el planeta requieren en un modelo de desarrollo sostenible a largo plazo, digamos al 2030.

Está claro que querríamos mejores carreteras, pero ¿ayudaría ello a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), o por el contrario las incrementaría al aumentar el flujo vehicular? ¿De qué manera podríamos atender el problema de la congestión vehicular, las emisiones de GEI, el costo por peajes y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las zonas aledañas a dicho trayecto?

Cuando vivía en Adelaide, sur de Australia, había un tren ultraligero de dos vagones que atravesaba la ciudad entera y significaba un importante ahorro en tiempo y dinero para sus usuarios, así como una mejor calidad de vida al poder relajarse en el trayecto, aprovechar el tiempo para otras actividades, transportarse con seguridad y sin generar tantas emisiones de GEI, y por supuesto, reducir la cantidad de vehículos en carreteras. En un país como el nuestro, que ya genera más del 90% de su electricidad de fuentes renovables, este tren significaría una reducción de GEI considerable.

El costo de dicho transporte es de aproximadamente US$10 millones por kilómetro si no fuera necesario crear nueva infraestructura, como puentes y túneles específicos para el tren. En este caso, se puede crear el trencito en la divisoria de los dos sentidos de la vía. El trayecto entre San José y San Ramón, de 58 kilómetros, costaría por debajo de los US$580 millones, monto similar a lo que cuesta la carretera en cuestión.

Habría costos de construcción, operación, mantenimiento y uso, mismos que podrían ser financiados por la banca estatal o con préstamos internacionales. Puede incluso concesionarse total o parcialmente a una empresa extranjera experimentada en este tipo de servicio.

Promovería una manera diferente de transportarse en un país que ya cuenta con una imagen-país verde de reputación global. Y es que eso es lo que Costa Rica necesita hacia el 2030: no mejores carreteras para dar cabida a más carros que aumenten las presas y que manejen más rápido aumentando el riesgo de pérdida de vidas humanas por accidentes de tránsito, sino una manera eco-eficiente de desplazarse dentro del país.

En la hora pico, podría haber un servicio directo de manera que el trayecto desde San Ramón hasta la capital se pudiera realizar en menos de media hora. Durante las fiestas de Palmares el uso del tren podría hacerse gratuito para incentivar que nadie viaje ebrio en un vehículo automotor, sea particular o autobús, aumentando el riesgo de distracción para los choferes.

De resultar exitoso el proyecto, se podría pensar en extenderlo con posterioridad de San Ramón a Cañas, Liberia o Ciudad Quesada. Es realmente lo que Costa Rica necesita urgentemente: una innovadora y visionaria manera de desplazarse por el país que mejore el desempeño ambiental en nuestro quehacer cotidiano y nos permita disfrutar del bello paisaje durante el trayecto.