20150827

Cambio climático: Prioridades de adaptación al 2030

El cambio climático es una alteración disruptiva que implica una pérdida en la predictibilidad de los patrones climáticos que se mantenían en equilibrio por los últimos cuatro millones de años, más o menos. Significa que ya no sabemos, con certeza científica, si lloverá o si habrá sequía, la regularidad de las mareas, la calidad y cantidad de biocapacidad en un territorio, la migración de especies terrestres y marinas, etc.

Costa Rica se encuentra en una privilegiada posición para implementar medidas de adaptación urgentes que garanticen, para el 2030, la mejor calidad de vida para sus habitantes en aquellos escenarios futuros que se avecinan. Esta es una lista de prioridades que he tratado de ordenar según la prioridad que amerita.

1. Aumentar la biocapacidad del país del 52% actual de cobertura boscosa, a 70% del territorio nacional; y del 26% de reserva de Parques Nacionales a 35%. Lo primero se puede hacer por la vía pública, privada o ambas en alianza. Lo segundo se podría realizar públicamente por medio de la compra de terrenos aledaños a Parques actuales con fondos que surgieran de la energía geotérmica. Además de aumentar significativamente la reserva de ecosistemas valiosos, quizás permitiría dar por superada la discusión de si se permite o no la exploración y explotación de geotermia en Parques Nacionales. La respuesta sería: por supuesto que sí, pues es un esquema de desarrollo que permitiría aumentar la reserva de Parques Nacionales en un 33% con respecto a la actualidad. Esto lo elaboramos con mayor detalle en El Pacto Ambiental Nacional, quizás con un grado mayor de ambición, pensando más en el 2050:

"Un pacto ambiental nacional debería estructurarse de manera similar al fondo de petróleo noruego, en el cual se centralizan todas las ganancias que se generarían a partir de la geotermia. Este “Fondo del Volcán” estaría administrado por notables líderes nacionales de la ciencia, la industria y la política ambiental y energética del país. Con representación del gobierno de turno, existiría una limitación al porcentaje del fondo del cual podría disponer el Poder Ejecutivo para el presupuesto ordinario nacional cada año. En Noruega, el Primer Ministro sólo puede disponer de 10% de las ganancias anuales del fondo para el presupuesto nacional. El dinero restante del Fondo del Volcán se utilizaría para cumplir las siguientes metas: aumentar la cobertura boscosa del país del 52% actual a 80% del territorio nacional; ampliar la protección de áreas marinas del actual 0,2% a 50%; e incrementar la cobertura de Parques Nacionales y reservas biológicas de 26% en la actualidad a 50% del territorio nacional."

Este aumento de biocapacidad debería incluir un plan de rearborización del casco urbano, lo cual generaría más sombra en la zona de mayor concentración de concreto y asfalto del país, reduciendo las temperaturas que tenderán a subir hacia el 2030 y en adelante. Además, una capital arborizada significará mayor biodiversidad y polinización de flores y cultivos, así como mayor arraigo de los suelos y prevención de inundaciones por el efecto de almacenamiento de agua que cumplen los árboles.

2. Desarrollar la requerida infraestructura que permita captar los excesos de agua que caen en la vertiente atlántica y bombear esa agua unos 100 kilómetros hacia la región del Pacífico norte, que se está viendo afectada por sequías cada vez más agresivas. Según datos oficiales de agosto de 2015, este año en el Caribe ha llovido 67% más de lo normal, mientras en el Pacífico ha llovido 70% menos de lo habitual. Las pérdidas económicas y en la calidad de vida de los habitantes de ambas regiones cuantifican enormes pérdidas que sólo se acumularán en el futuro, a menos de que tengamos una intervención eficaz.

3. Aumentar significativamente la generación eléctrica renovable -sea en forma de geotermia, solar, eólica, mareomotriz, biomasa- que le permita a nuestra matriz dedicar importantes cantidades de energía para bombear agua río arriba y almacenar energía en forma de agua en los grandes embalses que han sido construidos. Una represa hidroeléctrica es como una gigantesca batería. En la actualidad, sólo se recarga si llueve. Sin embargo, si tuviéramos excesos de energía limpia, podríamos bombear agua para llenar los embalses y contar siempre con esa reserva de energía guardada montaña arriba, tanto para la generación eléctrica como para el consumo humano y la irrigación.

4. Alcanzar, como país, el agua-neutralidad y la desecho-neutralidad. Esto requerirá cambiar el paradigma actual en el que no se considera el valor económico y ecológico que tienen los desechos y el agua que descartamos de nuestros procesos industriales, agrícolas y caseros. Se requerirá invertir fuertemente, en lo público y en lo privado, en plantas de tratamiento de agua, plantas de selección de desechos, programas de capacitación para la clasificación de desechos, y plantas de incineración de desechos combustibles para transformarlos en electricidad.

5. Transformar el casco urbano de la capital en un espacio libre de combustibles fósiles. Crear un espacio, por ejemplo, entre la Casa Presidencial y La Sabana, donde no se permita el ingreso de ningún vehículo impulsado por combustibles fósiles. Ello requerirá incorporar medios de transporte público impulsados con energía limpia -tranvía o monorriel eléctrico, buses y taxis eléctricos, bicicletas de préstamo, etc., y crear incentivos para que los sujetos privados cambien sus vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos a precios competitivos.

Adicionalmente a estas cinco prioridades nacionales, hay algunos elementos estratégicos y transversales que deben integrar una política pública de adaptación a largo plazo:

A. Incorporar en lo público y lo privado una campaña constante de bioalfabetización que permita el intercambio de información de manera que los jóvenes cuenten con los conocimientos necesarios para innovar en la dirección requerida, esto es, en la dirección del desarrollo regenerativo. El tema ha sido tratado en una charla de TEDxPuraVida en 2014: Bioalfabeta, ¿y qué?

B. Lanzar una campaña de política exterior a largo plazo que consista en promover la transferencia de fondos del gasto militar global al gasto en crecimiento verde. En Trocar armas por árboles, dijimos lo siguiente:

"Hoy en día, cuando la humanidad se gasta anualmente más de un billón de dólares (en inglés, trillion) en armas y mantenimiento de ejércitos, y en que el cambio climático representa una acumulación de costos sociales, económicos y ambientales presentes y futuros, cuya adaptación requiere, según expertos, unos 100 mil millones de dólares (en inglés 100 billion) anuales, valdría la pena considerar el modelo exitoso de desarrollo sostenible de Costa Rica. El dinero existe. Lo que hace falta es virtud y valentía para tomar las decisiones requeridas."

Pensemos en una gestión en la que Costa Rica, con algunos socios estratégicos como Japón, los Estados Unidos y la Unión Europea, promoviera un esquema -llamémosle "Consenso Verde"- en el que países con alto capital financiero invierten en conservación y desarrollo de nueva biocapacidad en países con alto capital natural, permitiéndole a aquellos reducir su huella ecológica y a estos aumentar su riqueza ambiental.

C. Implementar las políticas públicas requeridas para que, con miras al 2050, Costa Rica alcance la soberanía energética. Esto implica pensar, planear y gestionar todos los cambios en políticas económicas, industriales y de consumo para desvincularnos de los combustibles fósiles (quizás con la excepción del combustible para aviones). Se requerirá, entre otras, transformar la naturaleza jurídica de RECOPE para que se convierta en una biorefinadora o en una empresa gestora de energías renovables, como lo sugerimos anteriormente: RECOPE: Incubadora Costarricense de Bioindustria y RECOPE: Refinar más allá del petróleo.

20150811

Uber: Innovación social y transporte público

Interesante el desafío de hacer crecer exitosamente a Uber en Costa Rica. Imagino la posibilidad de que Uber pudiera utilizar los créditos negociados en años anteriores con el Banco de Cooperación Internacional de Japón para transformar la flotilla de taxis en vehículos bajos en emisiones, sean híbridos o eléctricos, reduciendo el severo impacto por contaminación que provoca nuestro sector de transportes.

Imagino una estrategia de contratación que permitiera a los porteadores tradicionales hacerse con un registro de porteador de Uber y recibir capacitación básica en idioma inglés para mejor atender turistas que visitan el país.

O que la franquicia costarricense lidere el plan piloto de la casa matriz para que los choferes de Uber cuenten con conocimientos básicos en primeros auxilios y así atender emergencias, en vista de que un vehículo de Uber llega al lugar donde es llamado, en promedio, 60% más rápido que una ambulancia.

Luego, que se implementen iniciativas de innovación social en alianza con empresas privadas, tales como Waze, de manera que se exploren maneras diferentes de utilizar las vías públicas. Por ejemplo, que se utilicen algunas vías alternativas para vehículos de transporte público en horas pico, invitando a los conductores privados a usar las rutas principales y así haciendo un poco más fluido el tránsito en el congestionado tránsito capitalino.


Existe la expresión de “matar dos pájaros de una misma pedrada.” Ningún conflicto es aislado. Más bien, están concatenados con escenarios sistémicos más complejos. Uber podría ser la llave para resolver varios conflictos nacionales con una misma gestión.