La revista
internacional The Economist del 23 de enero de 2016, publica un reportaje
especial sobre los jóvenes. Me ha llamado particularmente la atención los tres
primeros artículos que se refieren al tema del empleo. Comparto algunos datos
globales de interés:
-Hay 1800 millones
de personas en el rango de edad entre 15-30 años y habrá 1000 millones más los
próximos diez años;
-El desempleo
promedio en este grupo es de 13%, comparado con 4.5% para adultos mayores de
esa edad;
-En países
desarrollados, se ha invertido el flujo de dinero de los mayores a los jóvenes,
y ahora los jóvenes están pagando las pensiones de los retirados, a pesar de
que los adultos mayores son más adinerados que los jóvenes;
-En USA, sólo 23%
de jóvenes en edades 18-34 votó en la última elección, comparado con 59% en
mayores de 65;
-Los códigos
laborales muy antiguos y rígidos perjudican a los jóvenes. En Grecia, España e
Italia, el desempleo de jóvenes es de 48%, 48% y 40%, respectivamente;
-En Suráfrica el
desempleo de jóvenes es de 63%;
-De los 1000
millones de jóvenes que se incorporarán a ese grupo etáreo los próximos 10
años, sólo el 40% trabajará en empleos existentes hoy;
-El 90% de nuevos
puestos de trabajo son creados por el sector privado;
-En África, el 52%
de jóvenes desearía tener un negocio propio, comparado con apenas 19% en países
desarrollados de Occidente;
-Según la prueba
PISA de jóvenes de 15 años, un finlandés tiene 170 veces mejor desempeño en
ciencias básicas que un mexicano, y 60% de brasileños estarían en el 10% de
desempeño más bajo en Corea;
-Un graduado de
colegio tiene, en promedio, un salario 77% más alto que quien no se graduó, y
el que se graduó de la universidad, 240% más alto que el no graduado del
colegio;
-Y termina con
esta frase lapidaria: "Según aumenta la sofisticación de la economía,
continúa aumentando la demanda de destrezas cognitivas. Todas las escuelas del
mundo están lejos de satisfacer esa demanda."
Me parece que el
diagnóstico implica dos cosas: 1. el paradigma de escuela=empleo ha sido
sustituido por el paradigma del emprendimiento; y 2. son de particular
importancia, urgencia y preocupación los denominados NiNis (ni estudian, ni
trabajan y la revista agrega, ni están en capacitación) y buscar la forma de
que logren convertirse en emprendedores a pesar de los faltantes cognitivos que
pudieran tener.
El desafío es
mayúsculo, y creo que la complejidad del problema nos da algunas pistas de
coágulos que debemos bypassear: legislación laboral rígida, formación
universitaria tradicional, dimensión del mercado, el concepto de servicio
(comparado con el concepto de bien, desde el punto de vista comercial), etc.
Este tema es de
medular importancia para el sector público, sin duda, en su afán de establecer
políticas públicas que transformen sosteniblemente el conflicto y garanticen
que ningún joven de hoy será un pobre en el 2030.
Además, es un tema
crítico para el sector privado, sobre todo porque es el generador del 90% de
los nuevos empleos. Podría convenirle a las empresas privadas promover que
algunos de sus empleados emprendan interna o externamente a la organización y
generen más empleo y dinámica comercial.
También, es un
tema de onda preocupación para las instituciones académicas, cuyos modelos de
negocio están siendo radicalmente superados por empresas con mentalidad
innovadora.
Finalmente, creo
que los jóvenes actuales y futuros no tienen alternativa: o emprenden o se
quedan rezagados. Ya no podemos ser criados con el mismo credo con el que
fuimos criados hasta hace 30 años, que con buena educación tendríamos buen
empleo.
Puede ver los tres
artículos aquí: Generation Uphill, The Walled World of Work, y Train Those Brains.